jueves, 7 de mayo de 2009

hombre-poeta


¡Yo como hombre
he atado una vara
a mi espalda para enderezarla!
he entregado mi libertad
a mi prójimo por una sonrisa.

Como poeta...
me he arrancado las alas
y escrito sobre ellas
para entregárselas al que las lea

Siempre he caminado
con el corazón en la mano
para el que quiera tomarlo,
para el que quiera dañarlo.

Yo que llegué desnudo
y lloré porqué lo primero que vi
fue la luz del mundo
te entrego lo que nada soy
y nada llevo. Ni la razón…
¿Para qué la quiero?

Campos de sandía

¿Insistes en cercarme con tu piel?

Bastión antiaéreo es tu sexo.

¿Por qué ese encuentro impune?

No hay trato en tu vientre, tan siempre energía dilapidada.

Honrar tributo a los campos de sandía.

¿Habrá más tardes tibias de tasa de te y de olvido?

¿Habrá más carne en tu piel de noche?

Ojos de olvido, lengua de muerte.

Cuando te recueste no olvides lastrar los matices innatos, por que yo te recorreré con mi aliento de pólvora sobre chocolate.

Mi amor ¡Eres toda carne!, toda vientre, campo de muerte, polvorín verde.

Honrar siempre a los campos de sandía.